Fernando Andriacci es un joven pintor, originario de Cuicatlán, en Oaxaca, México. En su formación profesional se ha dedicado al campo del arte y sus expresiones, considerando tanto nociones prácticas como teóricas pero, sin duda, es su participación como fundador del Taller de Artes Plásticas Municipales y Pintura Monumental Rodolfo Nieto, que le otorga el impulso necesario para definir su manera de hacer arte y marcar su trayectoria como pintor. El funcionamiento del taller se orientaba a la creación de obras, generalmente murales en espacios públicos y edificios de gobierno, por lo que gozaba de la libertad suficiente para consolidar un género propio.
En la región de Oaxaca vive y conoce un importante movimiento de renovación artística, en el que sobresalen figuras como Francisco Toledo, Rufino Tamayo y Rodolfo Nieto, entre otros. No es coincidencia que el medio natural y cultural influyera en la obra de cada uno de ellos, dejando su impronta en el arte mexicano. Andriacci admite, más que influencias artísticas, influencias que se derivan de compartir un contexto y espacio únicos.
Es distinguido por su trabajo en pintura, cerámica y obra mural. En su obra predominan figuras animales y vegetales, ricamente ataviadas con otras más pequeñas y con diseños que se insertan en lo decorativo. Las representaciones zoomorfas se convierten en un bestiario propio que recrea la dimensión de lo fantástico.